Constantemente estoy pensando en Guanajuato, sobre todo en mis visitas en época del Festival Internacional Cervantino... Qué adicción más costosa y divertida esa que tengo por ir cada año, religiosamente, como musulmán a la Meca.
Tal vez sea consecuencia de que algunos de los momentos más gratos de mi vida los he pasado entre esos callejones...
Pienso en el color, el olor, la gente, los suelos, los bares y hostales... ¿Qué sería de mi si habitara en la capital de Guanajuato?